
Dolor de espalda por estrés
Padecer estrés aumenta considerablemente el riesgo de sufrir dolor de espalda, el cual, sin el adecuado manejo, puede llegar a cronificarse. A continuación, te detallo los factores que aumentan el riesgo de padecer dolor de espalda, sus consecuencias, y qué podemos hacer para prevenirlo.
¿Puedo tener dolor de espalda a consecuencia del estrés?
Sufrir dolor de espalda está muy relacionado con ciertos factores psico-emocionales, tales como la satisfacción laboral o la situación personal de los empleados, y no tanto con determinadas profesiones como se suele creer.
Si crees que puedes necesitar ayuda, en Psynthesis Psicología estamos a tu disposición. Infórmate sobre nuestros servicios de terapia psicológica y tratamientos para la estrés.
Esto quiere decir que, si somos trabajadores felices, entonces seremos más capaces de resistir situaciones estresantes.
Se ha podido comprobar gracias a los estudios clínicos que la padecer ansiedad o estrés puede cronificar o intensificar dolores de espalda o de cualquier otra zona corporal.
Igualmente, además de los aspectos comentados, mantener posturas corporales inadecuadas durante un periodo prolongado o la falta de musculatura debido al sedentarismo intensifica estos dolores.
Además, según el doctor Francisco M. Kovacs, médico generalista y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de Espalda (REIDE), además de propiciar la aparición de contracturas musculares, el estrés disminuye el umbral de dolor y se acompaña de una actitud negativa ante este.
Factores que aumentan el riesgo de dolor de espalda en personas estresadas
Se ha demostrado que el estrés afecta y altera al estado de los nervios que controlan el funcionamiento de los músculos, aumentando la posibilidad de contractura de éstos.
Cuando estamos estresados, la contractura puede sucederse ante el mínimo esfuerzo muscular, e incluso ocurrir espontáneamente, desencadenando episodios dolorosos.
A su vez, el estrés puede interferir en la coordinación de los distintos grupos musculares que participan en el funcionamiento de la espalda.
En condiciones óptimas, la musculatura abdominal y la de la espalda se organizan para mantener la postura o conservar el equilibrio durante el movimiento. Cuando aparece el estrés, esta coordinación se ve alterada, provocando que la musculatura se contraiga de manera errónea o a destiempo, facilitando su contractura.
Inflamación de los nervios de la espalda y actitud ante el dolor
Junto a la aparición de contracturas musculares por padecer estrés debemos sumarle otro factor igualmente importante: la actitud ante el dolor.
El estrés facilita una actitud negativa ante el dolor de espalda o dolor muscular, de manera que aumenta el riesgo de que persista en el tiempo.
Esta actitud se caracteriza por:
Disposición negativa ante el dolor
Cuando padecemos dolor físico, asumimos que este va a persistir, limitándose indirectamente nuestra capacidad y calidad de vida.
Reducción de la actividad física y miedo al dolor
El estrés provoca una reducción de las tareas y de la actividad física. De esta manera, poco a poco, nuestro organismo y musculatura se ve limitado, incluso ante aquellas tareas que no provocan dolor pero que la persona cree que sí.
Escasa confianza en la habilidad para manejar el dolor
Se delega la responsabilidad del manejo del dolor a terceras personas, como especialistas en salud, ya sean médicos o fisioterapeutas.
Igualmente, esta escasa confianza en uno mismo conlleva a una incapacidad para manejar la dolencia.
Otros factores de riesgo
Entre ellos podemos encontrar el sedentarismo, la mala forma física o la falta de actividad y movimiento.
Consecuencias de padecer dolor de espalda
El dolor de espalda puede ser una molestia para la persona estresada, pero su padecimiento no acarrea mayores consecuencias negativas que el propio dolor.
Asimismo, en personalidades concretas, puede desencadenar pautas de comportamiento psicosomáticas, hipocondríacas u obsesivas.
También, si el estrés perdura en el tiempo, y con ello el dolor muscular, es posible que la dolencia se cronifique.
Es decir, cuanto más dura el dolor de espalda o más se repite, mayor es el riesgo de que se perdure, independientemente de la causa que lo haya desencadenado.
Tratamiento para el dolor de espalda producido por el estrés
Lo más importante es disminuir la fuente estresora que esté afectando a la persona y produciendo el dolor de espalda.
Puede que se deba a la gran carga de trabajo, la acumulación de responsabilidades, los problemas económicos o familiares. Es posible que algunas fuentes de estrés se puedan disminuir o eliminar, mientras que otras, debido a su naturaleza, no se pueden cambiar tan fácilmente.
Sea cual sea, es vital ser conscientes de cómo nos afecta negativamente el estrés y qué podemos hacer para disminuir sus síntomas.
Concretamente, para poder reducir el impacto del estrés en nuestra espalda, podemos tomar nota de los siguientes consejos:
Inicia, mantén o aumenta tu actividad física
Además de ayudarnos a reducir el dolor de espalda, realizar actividad física nos hace sentirnos mejores con nosotros mismos y nos ayuda a reducir el estrés.
Cuida la higiene postural
Adoptar posturas y movimientos correctos en el día a día nos ayuda a prevenir problemas de espalda y contracturas.
Desarrolla la musculatura de la espalda
Entrenar la musculatura de la espalda disminuye el riesgo de que esta se contractura.
Existen ejercicios aeróbicos, como la natación, muy beneficiosos para el desarrollo de la musculatura de esta zona.
Estas son sólo algunas pautas que puedes poner en práctica para disminuir y prevenir el dolor de espalda. Igualmente, es posible que al ponerlas en práctica solo consigas aliviar los síntomas, ya que la fuente que causa el estrés permanezca en tu día a día.
Si es así y no sabes cómo ponerle solución, lo más adecuado es que acudas a un especialista en salud mental para que te ayude a gestionar el estrés y te proporcione pautas en el manejo de este.
Si necesitas más información o simplemente quieres contactarnos, no dudes en hacerlo. Somos psicólogos expertos en el tratamiento del estrés, estaremos encantados de ayudarte.
¡Nos vemos en el próximo artículo!