
¿Cómo puedo perder el miedo a conducir?
El temor a conducir está presente en la sociedad más de lo que creemos. A priori, puede parecer una fobia sin más; sin embargo, su poder incapacitante y su limitación para la libertad de la persona hace que sea necesaria su intervención. Pero, ¿cómo se puede perder el miedo a conducir? ¿Existe tratamiento?
¿Cómo puedo perder el miedo a conducir?
Hace unos años tuve un percance con el coche. No es que llevase poco tiempo con el carnet de conducir, pero por mis circunstancias personales no lo usaba mucho.
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Hubo un día que iba de camino a mi pueblo con mi padre, yo conduciendo y el de copiloto. El caso es, que estaba cogiendo una salida, y de pronto, un coche se me cruzó. Di un volantazo para no estrellarme con él, y me quedé parado en el arcén. Temblando y con el susto en el cuerpo.
Me dio un ataque de ansiedad y quise bajarme del coche, pero mi padre lo evitó. Nos quedamos ahí quietos unos minutos hasta que me calmé y pude respirar de nuevo. Pasado ese tiempo, mi padre me dijo “ahora arranca el coche y continuemos”.
¿Por qué estoy contando esto? Porque seguramente si no hubiese continuado mi viaje, si no hubiese seguido conduciendo, hubiese desarrollado una fobia a conducir o a día de hoy intentaría evitar coger el coche para desplazarme.
El miedo a conducir, conocido como amaxofobia, es un tipo de miedo específico y se puede producir antes y durante la conducción. A su vez, no se limita sólo a una desconfianza de la propia conducción, si no que puede estar motivado por el temor al comportamiento de los otros conductores.
Causas del miedo a conducir
El miedo a conducir no solamente se produce por el hecho de haber sufrido un accidente. Existen otros factores que intervienen, cómo puede ser que no nos guste conducir.
En grandes ciudades, dónde hay un alto tráfico y se usa más el transporte público, es recurrente que las personas decidan no coger el coche. Esto a la larga puede derivar en un miedo a conducir por el simple hecho de creer que, si nos desplazamos en coche, no sabremos manejarlo.
También se observa que, a medida que vamos creciendo, nuestras preocupaciones aumentan. Ir en el coche con los niños o el temor a sufrir un infarto mientras se conduce son algunos de los ejemplos que podemos encontrar en estas situaciones.
¿Quién padece miedo a conducir?
No existen datos significativos en cuánto a género, sin embargo y por desgracia, debido a que la conducción sigue asociándose con la masculinidad, muchos hombres no se atreven a admitir que tienen miedo a conducir.
Además de esto, se distinguen tres tipos de perfiles en los amaxofóbicos:
- Por un lado, encontramos aquellas personas que desde el primer momento manifiestan miedos irracionales al subirse en un coche, cómo puede ser pensar que se van a salir de la carretera.
- Por otro lado, se dan aquellas personas que, a causa de una situación determinada, desarrollan un trauma y esto deriva en la fobia. Suele ser a partir de un accidente de tráfico, que puede experimentarse de forma directa o indirecta.
- Por último, se darían aquellos casos en los que la persona ya tiene un cuadro de ansiedad significativo, y que acaba abarcando el ámbito de la conducción.
Tratamiento del miedo a conducir
En primer lugar, debemos identificar esta dificultad. Tenemos que ser conscientes de su poder incapacitante, y que no nos permite llevar una vida normal.
Una vez identificado el miedo a conducir, se debe aclarar cómo se manifiesta y en qué nivel se encuentra. Puede ser que la persona ya haya desarrollado esta fobia o puede que esté iniciándose.
Una forma de abarcar el miedo a conducir es tratar los pensamientos anticipatorios. Pensamientos del tipo “me van a pitar”, “no voy a poder aparcar” o “me van a dar un golpe” son algunos de los ejemplos que podemos encontrar. Lo importante aquí es poder racionalizar estos pensamientos y desterrarlos. “¿Acaso esto que estoy pensando me tiene que suceder? Y si pasase, ¿por qué no voy a ser capaz de seguir adelante?” son algunas preguntas que nos pueden ayudar.
A la vez que se trabajan este tipo de pensamientos, se utilizan técnicas de relajación para evitar el estrés que produce conducir. Muchas de estas técnicas se usan también para los ataques de ansiedad, los cuales vimos en anteriores publicaciones del blog.
Cómo últimas fases del tratamiento del miedo a conducir, se usa la exposición gradual del paciente al estímulo fóbico. Se puede empezar con que el paciente vaya en el asiento del copiloto, después puede pasar a conducir el coche con acompañante y en un entorno que produzca seguridad, como puede ser circular por el barrio. De esta forma, y poco a poco, la persona va desarrollando confianza en sí mismo y en el vehículo.
La terapia cognitivo conductual ha demostrado ser eficaz cómo tratamiento del miedo a conducir. Si crees que padeces este tipo de fobia o crees que alguien que conoces la padece, podéis consultarnos sobre nuestro tratamiento para el miedo a conducir. Estaremos encantados de ayudaros en todo lo posible, para que así dejéis de ver al coche cómo un enemigo y empecéis a verlo como un aliado.
¡Nos vemos en el próximo artículo!