
¿Qué causa el estrés en nuestro cuerpo?
Problemas digestivos, pérdida del apetito sexual o aumento de la presión arterial son algunas de las muchas maneras en las que el estrés nos afecta corporalmente. A continuación, te detallamos cómo el estrés perjudica a nuestro cuerpo.
¿El estrés afecta a nuestro cuerpo?
Padecer estrés puntualmente en la sociedad actual no es nada del otro mundo. Todos hemos padecido estrés en algún momento, ante un problema, una dificultad o un desafío. Gracias a ese estrés hemos podido ponernos en marcha, motivarnos y enfrentarnos a ese hecho que nos incomoda o no nos deja tranquilos.
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Sin embargo, el estrés crónico sí que se considera un problema, ya que, al estar constantemente estresados, nuestro cuerpo, mente y conducta se ven perjudicadas. Como consecuencia, se pueden llegar a desarrollar otras patologías, como sufrir ansiedad, depresión o enfermedades físicas.
En el presente artículo nos vamos a centrar en cómo el estrés afecta a nuestro cuerpo, y cuáles son las consecuencias físicas de padecer estrés crónico.
¡Vamos a verlo!
El estrés en el organismo
Cuando nuestra mente percibe una amenaza para nuestra salud e integridad física, nuestro cuerpo se prepara para realizar dos acciones:
- huir
- o luchar.
El sistema nervioso autónomo, encargado de realizar esta respuesta, se pone en marcha, y activa los mecanismos del sistema nervioso simpático y sistema nervioso parasimpático.
- El primero es el que prepara la respuesta de acción, produciendo una respuesta hormonal y aumentando los niveles de adrenalina y cortisol. Esto se traduce en un aumento de la frecuencia cardiaca, dilatación de las pupilas y sudoración por parte de la adrenalina, y en un incremento del nivel de azúcar en sangre y supresión del sistema inmunológico por parte del cortisol.
- El segundo, el denominado sistema parasimpático, se encarga de regular la actividad de nuestro organismo en reposo.
Ahora imagina que, constantemente, tu cuerpo se está alterando a estos niveles, para después volver a ajustarse gracias al sistema parasimpático. Sería como poner tu casa patas arriba y, al instante, ponerte a limpiar y a recoger el desastre, para inmediatamente después, volver a ensuciar y destrozarlo todo. Así, una y otra vez.
Acabarías agotado, ¿verdad? Pues esto es lo que pasa cuando sufrimos estrés crónico.
Entonces. ¿Cómo me afecta el estrés?
Padecer insomnio, irritabilidad, ansiedad o depresión suelen ser los síntomas que más se nombran a la hora de hablar del estrés. No obstante, esos síntomas se relacionan con el estado mental o con el comportamiento, por lo que vamos a centrarnos en el apartado corporal y organísmico.
Sistema respiratorio y corazón
Ante situaciones estresantes, el corazón late más rápido, los vasos sanguíneos se contraen y desvían mayor cantidad de oxígeno a los músculos, haciendo que la presión arterial aumente.
Debido a esto, no es de extrañar que el corazón se resienta, y que, debido al aumento de la presión arterial, corramos mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral o un ataque al corazón.
Tensión muscular
El estrés puede ocasionar dolores de espalda, de cabeza, hombros o dolores corporales en general.
También afecta a la rigidez de la mandíbula, pudiendo desarrollarse bruxismo a la hora de dormir.
Sistema inmune
Como ya he comentado anteriormente, las hormonas producidas por el estrés suprimen el sistema inmune del organismo. Debido a esto nuestro cuerpo está a merced de virus, bacterias y agentes dañinos, por lo que caer enfermo aumenta sus probabilidades.
Si te paras a pensar en alguna situación estresante que hayas vivido durante un periodo prolongado, es posible que sufrieras algún resfriado o gripe en ese lapso.
Sistema reproductivo y sexualidad
La pérdida de apetito sexual es común en periodos de gran estrés. Además, si el estrés perdura en el tiempo y posees genitales masculinos, es muy posible que el estrés afecte a tus niveles de testosterona, causando disfunción eréctil, eyaculación precoz, o alterando la calidad y producción de esperma.
Sistema digestivo
Padecer estreñimiento, reflujo, hinchazón o acidez estomacal son síntomas comunes cuando estamos estresados. También es posible desarrollar diabetes tipo 2. Esto se debe a que, como respuesta al estímulo estresante, el hígado libera azúcar al torrente sanguíneo, de manera que aumenta la glucosa en sangre.
Además, el estrés afecta a la digestión y a la absorción de los nutrientes en el intestino.
Padecer estrés también puede hacernos engordar, hecho que a priori puede parecer un síntoma físico, pero que tiene más que ver con la regulación de los impulsos y emociones.
Asimismo, además de recurrir a la comida, es común en personas estresadas realizar otros hábitos nocivos, como fumar, beber o abuso de sustancias, con sus correspondientes consecuencias negativas.
Igualmente, las personas estresadas tienen mucha dificultad para dormir o tener una higiene del sueño adecuada, aunque, al igual que con la comida, este hecho se debe a la irrupción de preocupaciones o pensamientos negativos.
Es decir, aunque la causa de no poder dormir se deba a componentes más mentales, esto afecta directamente al rendimiento físico de la persona.
Si crees que el estrés te está superando, el primer paso es reconocer el problema y observar a qué niveles te afecta, para así poder tomar medidas que aminoren sus síntomas y reduzcan el estrés percibido.
Si deseas más información sobre cómo gestionar el estrés, puedes leer el artículo que publicamos en nuestro blog.
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¡Nos vemos en el próximo artículo!