
Qué es la ansiedad y para qué sirve
Es común escuchar a alguien decir que tiene ansiedad, pero, ¿sabemos realmente lo que es la ansiedad? ¿Es lo mismo la ansiedad que el estrés? ¿Para qué nos sirve la ansiedad? Todo esto y mucho más te lo contamos en este artículo.
Explicación de qué es la ansiedad
Vivimos en una sociedad que persigue constantemente la salud, la felicidad y la calma. Sabemos qué alimentos debemos consumir y cuáles evitar; los beneficios que nos aporta practicar deporte o lo importante qué es gestionar nuestras emociones de una forma positiva.
Si crees que puedes necesitar ayuda, en Psynthesis Psicología estamos a tu disposición. Infórmate sobre nuestros servicios de terapia psicológica y tratamientos para la ansiedad.
Sin embargo, esta búsqueda incansable por alcanzar la estabilidad en el día a día nos puede llevar al límite a muchas personas, a intentar abarcar todo, a intentar controlar lo incontrolable, a exigirnos de manera desmesurada, a compararnos y a frustrarnos.
Según la OMS, alrededor de 260 millones de personas padecieron trastornos de ansiedad en el 2017; y el Consejo General de Psicología en España concluyó que 9 de cada 10 españoles padecieron estrés y ansiedad en ese mismo año.
En definitiva, las personas conocemos más o menos lo dañina que puede llegar a ser la ansiedad porque todos en mayor o menor grado la hemos padecido.
Sin embargo, para poder entender en su totalidad a qué niveles nos afecta, primero debemos comprender cuál es su función en el ser humano y para qué nos sirve.
¿Para qué sirve la ansiedad?
La ansiedad es un mecanismo de defensa universal que poseemos los seres humanos.
Es un sistema de alerta que nos permite anticipar las amenazas para así, en función de la misma, actuar en consecuencia.
Es decir, la ansiedad cumple una función adaptativa ya que moviliza a la persona; la mantiene alerta y dispuesta a intervenir dependiendo de la situación real dada o al peligro percibido.
Entonces, ¿qué sería el peligro?
El peligro podríamos definirlo cómo todo aquello que puede ocasionar daño o dolor a la persona, ya sea emocional o físico, pero también podríamos enmarcarlo como aquello que impide que nuestro deseo sea atendido y satisfecho, y, por lo tanto, como un obstáculo a la “felicidad” que queremos obtener.
Por ejemplo, el peligro podría ser el hecho de sufrir un asalto en la calle y que te roben tus pertenencias, pero también podría ser peligro el no encajar en los estándares de belleza de la sociedad de hoy en día.
Es importante estar atentos y distinguir ansiedad en un momento puntual de la ansiedad crónica, en este caso necesitaríamos un tratamiento más específico.
No confundir ansiedad con estrés
Ambos conceptos están íntimamente relacionados, pero, aun así, son completamente diferentes.
Para empezar, la ansiedad puede llegar a ser síntoma del estrés, y aparece siempre ante una situación de alerta o peligro.
El estrés en cambio, es un fenómeno que ocurre cuando la persona cree que no posee las habilidades y recursos necesarios para afrontar ese peligro. Es entonces cuando puede aparecer la ansiedad y nos hace actuar consecuentemente; atacar, defendernos o huir.
Por lo tanto:
- el estrés tiene más que ver con las demandas del medio y con los factores externos,
- y la ansiedad tiene relación con las interpretaciones que pueden ser o no reales, es decir, con factores psicológicos y emocionales (miedo, temor o inquietud)
Ejemplo de ansiedad y de miedo
Por ejemplo, imaginemos que hace poco te has sacado el carnet de conducir y estás conduciendo por la ciudad. Desafortunadamente, recibes un golpe en un lateral del coche y, raíz de ese golpe, tienes miedo a que te vuelva a pasar lo mismo. Por lo tanto, dejas de conducir.
Es posible incluso que no te hiciera falta tener al estímulo estresor (el coche) delante para sufrir ansiedad, porque en tu cabeza tienes el recuerdo del accidente y las fantasías que has elaborado para evitar conducir. Esas fantasías podrían ser del tipo “si ya me ha pasado una vez, me va a pasar otra vez”; “en esta ciudad conducen cómo locos y no quiero que me vuelvan a dar un golpe” y así un sinfín de ellas.
Tipos de ansiedad
Así, dentro del trastorno de ansiedad (y no de la ansiedad puntual que cualquier persona puede sentir en un momento dado) podemos encontrar dos tipos:
- la ansiedad específica
- y la ansiedad inespecífica.
Ansiedad específica
La primera se refiere a la que se dispara ante un hecho o evento concreto, por ejemplo, el accidente de coche comentado anteriormente.
Ansiedad inespecífica
Por el contrario, la inespecífica no va asociada a ninguna situación concreta y aparece simplemente en situaciones con mucha carga estresante.
Los seres humanos somos expertos en contarnos historias que nunca llegan a suceder, pero que, sin embargo, en nuestra cabeza suceden una y otra vez.
Si quieres profundizar en el tema de la ansiedad de recomendamos el siguiente artículo:
«Cuáles son los síntomas de la ansiedad»
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