
Tratamiento autoestima en Madrid
La autoestima es esencial para la supervivencia psicológica. Sin cierta dosis de autoestima, la vida puede resultar enormemente penosa, haciendo imposible la satisfacción de muchas necesidades básicas. De hecho, muchos pacientes acuden a nosotros como psicólogos en Madrid especialistas en baja autoestima.
Uno de los principales factores que diferencian al ser humano de los demás animales es la capacidad que tenemos para definir quiénes somos; y luego decidir si nos gusta nuestra identidad o no. Sin embargo, el problema de la autoestima está en la capacidad humana de juicio. El juzgarse y rechazarse a sí mismo produce un enorme dolor. Y del mismo modo que uno atendería y curaría una herida física, solemos evitar todo lo que pueda agravar de cualquier modo el dolor del rechazo de uno mismo.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la opinión que tenemos de nosotros mismos: como nos queremos y aceptamos.
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Son muchas las definiciones que se dan de autoestima. En resumen, podemos decir que es la autoevaluación o juicio que la persona realiza de sí misma; configurando así una determinada autovaloración que dependerá de la comparación que haga la persona con respecto al medio en el que se desenvuelve y de la confianza y respeto que tenga de sí mismo. Esto influirá en las decisiones que tome en el transcurso de su vida.
La autoestima hace referencia a la necesidad de respeto y confianza en sí mismo. Esta necesidad es básica; todos tenemos el deseo de ser aceptados y valorados por los demás. Satisfacer esta necesidad hace que las personas se vuelvan más seguras de sí mismas. Sin embargo, el no poder tener reconocimiento por los propios logros, puede llevar a sentirse inferior o fracasado.
Por otro lado, es aprender a confiar en uno mismo, confiar en nuestro instinto, el desarrollar una conexión con nuestro cuerpo y escuchar los mensajes que nos envía. Si podemos escuchar a nuestro interior vamos a poder tomar decisiones saludables, y cuantas más decisiones saludables tomamos, más autoestima vamos a tener.
Además, la autoestima significa que nos valoramos a nosotros mismos, que podemos estar solos con nosotros mismos y sentirnos bien con nosotros mismos y tener confianza en nosotros mismos.
Autoconcepto y autoestima
Los términos autoconcepto y autoestima están muy relacionados y han sido objeto de diversas definiciones.
Aunque estos dos términos se suelen utilizar como sinónimos para hacer referencia al conjunto de rasgos, imágenes y sentimientos que la persona tiene acerca de sí misma; un rasgo diferencial importante es que el autoconcepto hace referencia a la opinión o impresión que la gente tiene de sí misma, que se ha ido desarrollando a lo largo de muchos años; incluyendo tanto la imagen que la persona tiene de sí misma (autoimagen) como los sentimientos y valoraciones que tales imágenes suscitan (autoestima). De esta manera, se puede afirmar que la autoimagen corresponde al aspecto cognitivo del autoconcepto y la autoestima es la dimensión afectiva y evaluativa del mismo.
La autoestima hace referencia a la actitud positiva o negativa hacia nosotros mismos, actitud formada mediante un proceso de autoevaluación en el que contrastamos nuestras diversas imágenes en distintos campos con referencia a múltiples criterios. Entre ellos: la actitud que captamos de los demás con respecto a nosotros mismos; nuestra imagen ideal; los valores que nos han enseñado; la comparación con los otros; los éxitos o fracasos; etc., haciendo que nuestra estima fluctúe entre alta y baja, dependiendo de los criterios que elijamos para evaluarnos.
La autoestima tiene dos dimensiones:
- La autoestima general o autovalía. Relacionada con el grado general de aceptación o rechazo que una persona tiene respecto a sí misma.
- La autoestima de competencia o efectiva. Relacionada con los sentimientos que se derivan de la percepción de competencia en diferentes áreas de funcionamiento (social; afectiva; intelectual; etc.).
Elementos que conforman la autoestima
Los conceptos de autoimagen, autovaloración y autoconfianza se consideran claves para entender el proceso de la autoestima, ya que éstos son los componentes que conllevan a la estimación propia.
- Autoimagen. Es el retrato que la persona tiene de sí misma. Es una imagen real del individuo. Las afirmaciones que pueden plantear el individuo al momento de verse a sí mismo son: “¡no me veo bien!”, “¡me veo mal!”.
- Autovaloración. Consiste en apreciarse como una persona importante para sí y para los demás. Las exclamaciones que hace la persona al valorarse son: “¡valgo mucho!”, “¡valgo poco!”.
- Autoconfianza. Consiste en considerarse capaz de realizar diferentes cosas de manera correcta. Las afirmaciones que realiza el individuo al momento de enfrentar un reto pueden ser “¡puedo hacerlo!”, “¡no puedo hacerlo!”.
Factores que inciden en el desarrollo de la autoestima
Centenares de investigaciones han interrogado a miles de personas de diversas edades y situaciones, intentando conocer qué causa la autoestima, quién tiene más, cómo puede incrementarse, etc.
Los estudios en niños pequeños muestran claramente que el estilo de crianza de los padres durante los tres o cuatro primeros años, determina la cantidad de autoestima inicial en el niño. Después de esto, la mayoría de estudios de niños mayores, adolescentes y adultos comparten una confusión común: ¿Cuál es la causa y cuál el efecto?
Adquirimos y modificamos nuestra autoestima de acuerdo a la interacción con diversos factores, entre los que se encuentran los emocionales; socioculturales; económicos; y la comunicación con otras personas.
Factores emocionales
Una autoestima alta es uno de los elementos importantes para desarrollar un equilibrio psicológico y alcanzar la felicidad.
- Cuando una persona tiene una buena idea de sí mismo, generalmente confía en sus capacidades y en sus relaciones con familiares y compañeros, además de abordar retos de mejor manera. En cambio, una persona que posee una idea negativa de sí actúa temerosamente, se ampara bajo la sombra de otras personas, evita llamar la atención y prefieren estar en soledad que interactuando con otras personas.
- La ansiedad tiene gran importancia en el desarrollo de la autoestima. Los sujetos que tienen malos conceptos de sí mismos suelen sentir mayor ansiedad durante mucho tiempo, pues sienten que no pueden hacer las cosas igual que otros. Además, si la ansiedad es fuerte o aguda puede paralizar emocionalmente a la persona; producir sentimientos de impotencia e insuficiencia; y convertir al joven en un ser ineficaz y desesperado.
- Los sentimientos propios de competencia y autovalía también se ven afectados por las comparaciones que realicemos de nosotros con los demás; ya que los procesos de comparación social representan una de las principales fuentes de información para conocernos a nosotros mismos y a los demás, desempeñando un papel fundamental en nuestra adaptación a la realidad.
Factores socio-culturales
La socialización es el proceso por el cual los menores aprenden el funcionamiento de su entorno; y reconocen las normas las costumbres y las conductas de su grupo cultural. Aunque importante, la familia no es el único agente que interviene en el proceso de socialización y en el desarrollo de la autoestima; también están los compañeros; vecinos; profesores; sistemas de comunicación; o la publicidad, entre otros. Toda persona se ve a sí misma desde el punto de vista de los grupos en que participa y del entorno en que se desarrolla, y todo aquello que piensen de uno influirá positiva o negativamente en la personalidad o forma de pensar.
Importancia de la autoestima
El modo en que nos “queremos” afecta de forma decisiva en todos los aspectos de nuestra experiencia. Tanto familiar, con amigos, con el amor, con el trabajo…
La autoestima es la clave del éxito o del fracaso, también es la clave para comprendernos y comprender a los demás. Tener una buena autoestima es sentirnos valiosos y útiles y con derecho a ser felices.
- Autoestima general. Una persona con una buena percepción de sí misma establece una mejor comunicación interpersonal. Esto se deriva en relaciones exitosas con otras personas. Además, la persona tiende a tolerar mejor el estrés, la incertidumbre y los cambios; busca superar sus fracasos; tiene mayor autonomía personal y logra auto-realizarse. Apoya la creatividad y acepta responsabilidades, desarrollando su liderazgo.
- Autoestima social. Las personas que tienen una baja autoestima social se caracterizan por desconfiar de sus capacidades al desenvolverse dentro de la comunidad. Son inseguras, por lo que evitan asumir responsabilidades. Cualquier desafío que se les presente buscan evitarlo y tratan de que otros enfrenten el problema.
- Autoestima en el hogar. La familia, por ser la base de la sociedad, cumple un papel importante en la formación de la autoestima. Un niño estimulado positivamente, querido y respetado por sus familiares será una persona más segura de sí misma.
Beneficios de una buena autoestima ¿qué consigo elevando mi autoestima?
Cuanto más alta es nuestra autoestima mejor preparados estaremos para afrontar los problemas; más alegría experimentaremos; y afrontaremos la vida con mayor confianza y optimismo, lo cual nos ayudará a alcanzar nuestras metas y sentirnos seguros.
¿Cómo potenciar nuestra autoestima?
Depende de nosotros en la medida en que:
- Nos consideremos valiosos.
- Aceptemos nuestras cualidades y debilidades.
- Actuemos para mejorar.
- Afrontemos los retos de la vida.
Estimarnos es:
- Aprender nuestra propia valía e importancia.
- Sentirnos responsables de nosotros mismos.
- Aceptar la responsabilidad de lo que hacemos y actuar responsablemente frente a las demás personas.
- Sentirnos responsables. Considerar que nuestra conducta depende de las elecciones que hacemos; y no de las circunstancias externas (azar o la suerte).
- Aceptar que tenemos el control sobre la forma de vida que hemos elegido y deseamos; y sobre los valores que admitimos y practicamos.
- Actuar responsablemente frente a los demás. Tratar a los demás con respeto; reconocer y apreciar el valor; la importancia de cada persona; y su libertad para escoger sus acciones.