
Tratamiento Cognitivo Conductual (TCC)
El tratamiento o terapia cognitivo conductual es el enfoque terapéutico que se centra en la manera de pensar del paciente respecto a los problemas y en cómo los maneja.
La premisa del tratamiento cognitivo conductual es que las personas tenemos tendencias autodestructivas y patrones de conducta que se autoperpetúan y que amplifican los problemas en lugar de resolverlos. Los pacientes que utilizan cuadernos para anotar sus reacciones ante las dificultades aprenden a reconocer esos patrones negativos y reciben estrategias positivas para tratar los problemas.
¿Qué es el tratamiento cognitivo conductual?
La terapia cognitivo conductual es la forma de entender cómo las personas piensan a cerca de sí mismos; de otras personas y del mundo que les rodea. Y en cómo lo que uno hace, afecta a sus pensamientos y sentimientos.
La TCC puede ayudar a las personas a cambiar la forma de pensar (área cognitiva); y, como consecuencia en la forma de sentir y de actuar (áreas fisiológica y motora). Este tipo de tratamiento se centra en los problemas y dificultades del aquí y el ahora. Busca una disminución de síntomas y malestar. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, a pesar de centrarnos en la sintomatología actual, desde este enfoque se analizan también causas y consecuencias de los síntomas del paciente, abordando de manera global el malestar.
En las últimas décadas, han sido muchas las investigaciones realizadas sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos. De todas, se ha demostrado que el tratamiento cognitivo conductual es el más eficaz y de elección para diferentes problema: ansiedad; depresión; terapia de pareja; insomnio; habilidades sociales; etc.
Orígenes del tratamiento cognitivo conductual
La terapia cognitivo conductual surge de dos vertientes. Por un lado, la psicología cognitiva; ésta se caracteriza por la importancia que se le otorga a los pensamientos y creencias en el origen y mantenimiento de los problemas psicológicos. Y por otro, la modificación de conducta, la cual considera que la mayor parte de nuestros comportamientos son aprendidos. Sin embargo, hace énfasis en las posibilidades que tiene la persona para cambiar.
La terapia cognitiva se orienta a los problemas concretos del paciente; determina actitudes disfuncionales; y examina la evidencia de los pensamientos automáticos. En la actualidad es uno de los modelos psicológicos más firmemente asentados y apenas resulta concebible algún tipo de terapia psicológica que no postule de forma directa o indirecta alguna modalidad de cambio cognitivo
La modificación de conducta tiene como objetivo promover el cambio a través de técnicas de intervención psicológica sobre el comportamiento de las personas, de forma que desarrollen sus potencialidades y las oportunidades disponibles en su medio, optimicen su ambiente y adopten actitudes, valoraciones y conductas útiles para adaptarse a lo que no puede cambiarse.
Tratamiento cognitivo conductual en la actualidad
En la actualidad, se concibe el tratamiento cognitivo conductual como una terapia estructurada; con límite de tiempo; orientada hacia el problema; y dirigida a modificar las actividades defectuosas del procesamiento de la información evidentes en los trastornos psicológicos, donde el terapeuta y el paciente colaboran en identificar cogniciones distorsionadas que se derivan de los supuestos o las creencias desadaptadas. Estos pensamientos y creencias se someten a hipótesis y comprobación, lo que lleva al individuo a reconducir su pensamiento con la realidad.
La terapia cognitivo conductual introduce, como hemos visto, procedimientos conductuales y cognitivos. De esta forma, los primeros pretenden modificar la conducta mediante una intervención directa; y, los segundos, intentan modificar esa conducta y emociones correspondientes por medio de la modificación de la evaluación y de las pautas automáticas del pensamiento.
Algunas de las técnicas más utilizadas serían: desensibilización sistemática; exposición; entrenamiento en solución de problemas; detención de pensamiento; reestructuración cognitiva; entrenamiento en habilidades sociales; etc.
El objetivo de todas estas técnicas no es otro que poder delimitar y poner a pruebas las creencias falsas y los supuestos desadaptativos. De este modo se enseña al paciente a controlar los pensamientos automáticos negativos; identificar la relación entre pensamiento, emoción y conducta; examinar las evidencias a favor y en contra de las distorsiones cognitivas; y aprender a identificar las falsas creencias.
Es por todo esto, que en la actualidad, la terapia cognitivo conductual ofrece a la persona las estrategias, recursos y herramientas personales para lograr resolver sus problemas con autonomía.